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Las cinco nuevas exigencias de los habitantes de las grandes ciudades

Publicado por Jordi Esteban en 21 abril, 2017
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Una foto de la agencia Reuters apareció en agosto del año pasado en varios medios europeos y desató una enorme preocupación. Se trataba de un gigantesco crucero atracado en Venecia. El fotógrafo había tomado una perspectiva, según la cual el inmenso buque aplastaba a la ciudad. Muchos medios titularon aquel día que el turismo se estaba comiendo a las ciudades.

VeneciaBarcelonaMadrid, París, Atenas… Las grandes ciudades europeas tienen una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que son tan famosas que todo el mundo las quiere conocer y eso se convierte en fuente de ingresos. Y el inconveniente es que, de tanto aceptar turistas, acaban degradando las ciudades hasta convertirlas en inmensos parque temáticos, por cuyas calles corren los turistas como en riadas. Los habitantes se han dado cuenta de eso, y ahora exigen cambios a sus consistorios.

Las grandes urbes se degradan por muchas razones. Y los ciudadanos quieren parar el proceso. Estas son las cinco nuevas tendencias que los alcaldes deberán tener en cuenta en los próximos años. O mejor dicho: inmediatamente.

  1. No más turistas. Las ciudades turísticas del mundo están habitadas por personas que hacen su rutina diaria en ellas. Agradecen los ingresos por turismo, pero ahora piden un turismo más equilibrado, porque llegará un momento en que caminar por las avenidas parezca una película de ciencia ficción basada en la sobrepoblación del planeta. En el caso de Venecia, el alcalde ha atenuado la llegada de cruceros y ha prohibido las maletas con ruedas (por ruidosas). En el caso de Barcelona, la alcaldesa está limitando los cruceros y la apertura de nuevos hoteles en el centro.

  2. Más enchufes para coches eléctricos. No hay más que ver la cantidad de coches eléctricos que circulan por las ciudades, para convencerse de que esta estampa se va a incrementar. Por ahora, son sobre todo coches de alquiler (como los Car2Go o Emov, lanzados por los fabricantes europeos). Pero en los próximos años será normal comprar un coche y que sea eléctrico. Los conductores no solo demandarán más puestos de carga eléctricos en las calles de la ciudad, sino en las nuevas edificaciones de viviendas y oficinas e incluso en las antiguas. En resumen, quieren una ciudad menos contaminada y más silenciosa.

  3. Más salas de lectura con internet. Las bibliotecas cumplieron su papel con dignidad, pero es más práctico abrir amplias salas de lectura, bien ventiladas, y con enchufes para los portátiles así como conexión a internet ultra rápida. Los jóvenes ya tienen a “la biblioteca del mundo” en internet, y hay que facilitarles la posibilidad de usar sus ordenadores, o instalar algunos gratuitos para ellos. Además, abrir salas de lectura es más barato que una biblioteca, y encima deja más espacio.

  4. Grafiteros no, artistas sí. Una de las cosas que más degrada a las ciudades son los grafitis. Una cosa son los espantosos grafitis, basados en hacerse selfies con firmas en paredes y cristales usando aerosoles, y otra distinta son las obras de arte que embellecen paredes de edificios en muchas ciudades. Los grafitis ‘embellecedores’ son tan espectaculares que se han convertido en noticia: pueden tratarse de dibujos que imitan jardines, escenas de la vida real o trampantojos, pero a los que viven en esos barrios, solo les despiertan admiración.

  5. Promover el voluntariado. Todas las comunidades tienen programas de voluntariado en los que participarían muchos más ciudadanos, pero la mayoría se desconocen. Se pueden usar los medios públicos de masas como la TV, incluso las marquesinas de los autobuses públicos, para incentivar a los ciudadanos  a ayudar a otros con menos recursos, a mayores que sufren la soledad, a educar a jóvenes que abandonaron el colegio o simplemente, a dar tiempo gratis a la comunidad.

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